Debo confesarlo: como espectador siento debilidad por las series televisivas que reflejan el entorno sanitario (desde St Elsewhere-o A cor obert, como se llamó en TV3-). En este sentido, era inevitable que me enganchase a Nip/Tuck, serie que actualmente emite TV3, la autonómica catalana. La mezcla de ambición, sexo y cirugía estética de esta serie, ganadora del Globo de Oro, la hace sumamente atractiva. Los protagonistas de la serie son socios pero funcionan de manera diferente: Uno, sufridor, más dedicado al trabajo y a la familia; el otro, vividor soltero-soltero, lo supedita todo a sus relaciones con las mujeres (especialmente las sexuales). La belleza es el hilo conductor de esta producción americana de Shephard-Roben Company/Warner Bros. Los argumentos escandalosos (que tratan temas controvertidos como la infidelidad, los hijos fuera del matrimonio, la paternidad entre transexuales, etc. ) se combinan hábilmente con momentos dramáticos y quirúrgicos que muestran a ritmo de videoclip intervenciones.
De cualquier forma, y a decir de La Vanguardia (pag 41, 10/4/2005), los cirujanos plásticos reniegan de la serie, puesto que frivoliza su trabajo, dejándoles como muy poco profesionales: la ética de su trabajo es dudosa, tienen una visión comercial de la Medicina y ligan con las pacientes. Yo añadiría que el entorno donde intervienen parece más un bar de copas que un quirófano, por el movimiento de gente arriba y abajo vestida de cualquier manera (y que además no cumpliría probablemente los requisitos legales de de España, más restrictivos debido a la presión mediática sobre casos concretos). Lo cierto es que España es el país europeo donde se hace más cirugía estética (350.000 operaciones al año), y el 3r país en uso de Botox (36.000 tratamientos en un año, solo por detrás de Gran Bretaña y Francia). Es un negocio de 900 millones de euros anuales: ¿por qué negar que es una realidad, que se gana dinero con la cirugía estética, y que es una batalla comercial (que hace que los cirujanos intenten estar en los medios de comunicación vendiendo su marca)?
La cuestión es que vamos hacia la democratización de bodylifts, liftings, Botox, mamoplastias, rinoplastias, etc. gracias a la tiranía de los medios. Y que no falte de nada...
De cualquier forma, y a decir de La Vanguardia (pag 41, 10/4/2005), los cirujanos plásticos reniegan de la serie, puesto que frivoliza su trabajo, dejándoles como muy poco profesionales: la ética de su trabajo es dudosa, tienen una visión comercial de la Medicina y ligan con las pacientes. Yo añadiría que el entorno donde intervienen parece más un bar de copas que un quirófano, por el movimiento de gente arriba y abajo vestida de cualquier manera (y que además no cumpliría probablemente los requisitos legales de de España, más restrictivos debido a la presión mediática sobre casos concretos). Lo cierto es que España es el país europeo donde se hace más cirugía estética (350.000 operaciones al año), y el 3r país en uso de Botox (36.000 tratamientos en un año, solo por detrás de Gran Bretaña y Francia). Es un negocio de 900 millones de euros anuales: ¿por qué negar que es una realidad, que se gana dinero con la cirugía estética, y que es una batalla comercial (que hace que los cirujanos intenten estar en los medios de comunicación vendiendo su marca)?
La cuestión es que vamos hacia la democratización de bodylifts, liftings, Botox, mamoplastias, rinoplastias, etc. gracias a la tiranía de los medios. Y que no falte de nada...
Comentarios
En cambio sí que estamos ante un mercado más de acorde con los modelos neoliberales al uso. Veremos si los precios cumplen su función, si la asimetría de información se reduce, si la concurrencia de múltiples agentes elimina los estigmas oligopolísticos, si se permite evaluar y difundir los resultados sobre calidad....
Hasta la fecha: los precios no bajan, la calidad no se controla (ni se conoce), la relación de agencia (médico-paciente) es mucho más imperfecta, el intrusismo campa por sus respetos, ....
No importa mientras todo el universo mediático conspire a favor de los cuerpos Danone.
Y ¿cómo es eso posible si la concurrencia de proveedores en ese mercado no para de crecer?
Pienso que por la propia característica del bien comercializado: la cirugía estética es un bien de reputación. Es decir, los clientes potenciales obtienen la información de amigos y conocidos que ya han tenido experiencia con ese tipo de asistencia médica. Si aumentan los proveedores disminuirá la cifra de nuestros conocidos que nos podrán pasar información de la estética. Eso supone en realidad que la densidad de información en el mercado ha disminuido. Y ya se sabe que cuando eso ocurre la elasticidad de la demanda disminuye y aumentan los precios.
Y es que la escasez de información siempre acaba reforzando el poder monopolístico.
Por lo menos aquí, en Madagascar.
En el lúcido análisis de las características del sector estética, donde la barrera de entrada principal ya no es necesariamente el conocimiento técnico (que es cada vez mas contratado y contratable), has obviado la clave del líder (en facturación) del mismo: la publicidad (incluso televisiva). Más allá de la publicity que los famositos del edredoning realizan, el crecimiento también está en el empuje que la alta inversión en publicidad proporciona. No hay dia sin anuncio, como no hay semana sin noticia en los medios de ciertos cirujanos estéticos. El boca oreja funciona, pero también el dinero en anuncios, que llegan al que se ha concienciado de la necesidad de cambiar su imagen para acercarla a cánones cada vez más irreales.
Pero, en el nivel alto de este negocio, donde se mueve la parte del león, la publicidad formal no es necesaria. Es el boca a boca. Aquí, en Madagascar los 4 ó 5 popes del asunto no se han dado a conocer por sus inversiones publicitarias sino por pequeños lapsus (??) de sus muy afamadas clientas. Ahora, el que rompe es un cirujano estético, creo que iraní, que viene dos días a la semana desde Londres. Dicen que ha sido el que ha retocado a Camila (la del tampax). Su gasto en advertising debe ser 0.