Errores terapéuticos y estandarización electrónica

Una de las grandes preocupaciones de la Sanidad universal es minimizar los efectos yatrogénicos de la praxis médica (o hablando en plata, los errores médicos), a fin de mejorar la Calidad de la asistencia que se presta (y por ende, en un entorno de recursos limitados, la eficiencia). Paradójicamente, resulta que cuantos menos profesionales y mejor parametrizados, menos errores médicos se producen: segun un amplio estudio los sistemas informáticos de soporte a la decisión reducen los errores médicos y recortan los costes en base a aplicar pautas clínicas basadas en la evidencia a los datos médicos del paciente. Al menos esa es la conclusión... de los que venden el sistema. Eliminar errores y a la vez mejorar las capacidades de la organización sanitaria es un objetivo más que encomiable, incluso demasiado complejo a veces como para ser afrontado con una única táctica (como se nos teoriza en el post adjunto).

El objetivo final es conseguir una organización sanitaria en la que no exista divergencia de mensajes y en la que los canales de comunicación sean suficientes para soportar el flujo de información. Al simplificar los procesos, automatizarlos y estandarizarlos al máximo se reduce la complejidad de las tareas y por tanto la probabilidad de errores. Pero ¿se pierde de esta forma el concepto de Arte de la Medicina, más allá de consideraciones teóricas?

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Yo tengo muy claro que la medicina-arte se ha acabado en favor de la medicina-ciencia, por razones varias. Valga la tan manida MBE como ejemplo, pero también porque casi todos los dias vemos sentencias de jueces donde algún compañero no es condenado por haber seguido la guia clínica o protocolo correspondiente. Por lo tanto...
Anónimo ha dicho que…
La medicina nunca ha sido un arte. Pasó de lo sagrado a la técnica. Y ahí se debe quedar. A la técnica hay que añadirle una actitud de servicio y una visión social.

Hummm, los médicos artistas ....

PD. Por favor Kruger, se te deslizó una h que produce fotofobia iatrogénica.