¿El gran secreto de los laboratorios farmacéuticos?

Estos dias, y aprovechando la promoción del libro del que toma nombre este post, hemos tenido por Ejpaña a Phillipe Pignarre, un exdirectivo (científico) de gran laboratorio farmacéutico que parece que haya salido del lado oscuro de la Fuerza: todo tiene sus luces y sombras, así que si bien su mensaje se centra en el tercer (o cuarto) mundo, no deja de afectar la imagen que la Industria tiene en la Sociedad (las mayúsculas en ambas no son por casualidad: es uno de los sectores que más crecimiento económico experimenta anualmente, sin incrementarse el número de patologías tratadas). Por este motivo seguí (bueno, todo lo que me dejó la guardia) con especial interés el sábado noche un debate en la 2 de la tele autonómica catalana, el canal 33, donde participaban el autor de la citada obra -Dr Pignarre-, el Dr Jaume Sellarès (asistencial al que había visto por la tele autonómica alguna otra vez, y vinculado tanto al COMB como a la SCMFiC), el gran Dr Joan Ramon Laporte, azote de los laboratorios y Gran Inquisidor de las indicaciones medicamentosas patrio, el Sr Zabala, director de comunicación de la patronal Farmaindustria, y el Dr Serra i Manetes, representante oficial de los poderes públicos autonómicos en materia de medicamentos. Como era de preveer, tras unos inicios muy titubeantes, el Dr Pignarre atacó la duración del sistema de patentes farmacéuticas, que segun él solo busca mantener el 15% de rentabilidad anual para los accionistas de las empresas, y perjudica a los habitantes del tercer mundo. También se supone que no se invierte en I+D para buscar medicamentos sin mercado potencial pero con millones de afectados por las graves patologías (leishmania...), y si en proyectos de bajo riesgo (copias de medicamentos existentes) pero con alto nivel de beneficios. El de Farmaindustria (demasiado poco científico, demasiado "pofesional") replicó que este era el sentido de las empresas, y que sí se invertía. La contra vino de la mano de Laporte, que acusó a la industria de desarrollar medicaciones, no de realizar investigación (ni básica ni clínica), que es realizada por instituciones públicas. Pero según él la culpa no es de la industria (que va a lo suyo y debe existir), sino de los poderes públicos, que no defienden al ciudadano frente al intento de intoxicación medicamentosa masiva. Por su parte, el Dr Sellarès úbicó al médico como solo interesado en facilitar la mejor opción terapéutica al paciente (validada a través de la Medicina Basada en la Evidencia, las Guías de Práctica Clínica, etc.), accediendo a fuentes de información independientes de industria o entes regualdores. También introdujo un rudimentario concepto de eficiencia: a igual efecto terapéutico, éticamente el médico debe prescribir lo más económico para el sistema. Lo más interesante fué que comentó que las entidades reguladoras autorizan la comercialización de medicaciones, pero en cambio de puertas adentro presionan al médico para que no las prescriban. Evidentemente, el Dr Serra defendió que su trabajo es definir la oferta de medicamentos. De 18.000 medicamentos, 10.000 son financiados, por lo que es necesario orientar al médico para prescribir maximizando las ventajas y minimizar los riesgos. Cuestionado por el moderador acerca del motivo de prescripción de medicamentos concretos (no se habló del genérico y las diferentes -bajas- tasas de prescripción respecto otros países), el representante del estamento médico dijo que SE BASABA EN LAS GUIAS DE PRACTICA CLINICA Y LA MEDICINA BASADA EN LA EVIDENCIA EN PRIMARIA (¿?), que no era necesario el uso de tantos medicamentos (¿¿??) y menos los novedosos (¿¿¿???), y que EL PACIENTE NO QUIERE PASTILLAS, SINO SOLUCIONES (¿¿¿¿????). El representante de Farmaindustria, defendiéndose como gato panza arriba, apeló al cumplimiento de todas las normas de Calidad en los medicamentos nuevos, y que tenian mala fama por una histórica opacidad del sector. Laporte contraatacó diciendo que el concepto de Eficacia limitada de los medicamentos había sido extendido por la industria, y que el paso que ésta buscaba era de tratamientos agudos (de dias) a crónicos (de años).
Asimismo, comentó que un CEO del sector disertó acerca de los ejes de la industria en laboratorios innovadores, a saber:
-El Desarrollo de moléculas era dirigido por expertos en el mercado, no por interés científico (por eso el tratamiento para leishmaniasis, tripanosoma, etc. no llega). El mercado se ha hecho crecer a costa de "nuevas enfermedades" (fobia social, menopausia, alopecia...) que no lo son. Ser tímido o hacerse mayor o quedarse calvo es fisíológico.
-El enfoque publicitario cada dia es más dirigido a consumidores y menos a médicos.
-Las perspectivas del mercado es de alta disposición al pago por parte del cliente (en USA hacen estudios de este tipo), y por tanto de alta posibilidad de acción y crecimiento.
Naturalmente el Sr de Farmaindustria salió con lo de que el sistema se basa en la confianza y el respeto, que si todo estuviese tan podrido como lo pintan el sistema se hubiese derrumbado, y que el paciente ante todo desea ser curado. A partir de ahí el trabajo se me llevó y no pude ver la conclusión. Mi conclusión es que el sistema en efecto es ineficiente, pero nadie va a mover un dedo porque hay demasiados intereses en juego, pero fue interesante ver el papel de los personajes: coherente pero no rigurosamente ajustado a la realidad del terreno, como corresponde a una tertulia televisiva. Por cierto, Laporte es un crack mediático: habrá que ver quién lo pone en prime time televisivo para cargar contra el sistema.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Laporte es un crack total.. sus clases de farmacologia en Vall d'hebron son de lo más bestia que he visto, se lo carga todo :)

Quizás la sensibilización de la población sobre temas como no ir todos a urgencias o el consumo racional de medicamentos se podría hacer desde un programa de TV? Lo veo en Tv3, sin duda..ahora que experimentan con formatos y modelos más o menos innovadores...