El coste del saber: la eficiencia de la afición

A todos los médicos generales suele atraerles una especialidad de la Medicina por encima de otras. Cuando esta afición se aplica sobre la población atendida, ¿qué ocurre si se le cuestiona al paciente? Y lo que es más, ¿es el interés del médico mejor o peor no solo para el nivel de atención, sino para el coste de la misma? Este curioso paradigma se ha estudiado en estudios complementarios publicados en el BMJ acerca de un generalista aficionado a resolver problemas de dermato (eso sí, muy formado al respecto, y con personal de apoyo en consonancia). En el entorno inglés, los pacientes prefieren al médico de familia para especialidades, por su mejor accesibilidad y sus resultados similares al entorno hospitalario en patologías dermatológicas leves. contra lo que podría parecer, el coste de esta atencíón es aparentemente mayor que enviarlos al hospital de referencia en dermato, aunque matizando que la atención es más inmediata, y eso no tiene precio para la población atendida. El coste de asumir es asumible...al menos para el sistema, que es quien paga. El médico, mientras, puede hacer la Medicina que le gusta. ¿Les dejarán a los compañeros estudiados seguir tratando casos de Dermato, o les lanzarán hacia el burn-off? El dermatólogo que replica no parece muy decidido a dejarles...

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