Los españoles y los dentistas

El gasto medio de la población española en servicios bucodentales se ha triplicado en los últimos veinte años en el informe presentado por el presidente del COEC, José Luis Navarro, el pasado abril. Se apunta que mientras que en 1980 el gasto medio por hogar ascendía a 3.470 pesetas, en el 2000 había aumentado hasta las 9.709 pesetas. Las consultas dentales suponen la cuarta parte del gasto sanitario de los españoles, superando el de farmacia o en consultas médicas en seguros privados.

El 60% de las consultas al dentista son privadas y sólo un 11% a través de la Seguridad Social. Según ellos, "la visita al dentista es un lujo para la mayoría de las familias", aunque uno de cada diez -el 10,27 por ciento de españoles- nunca ha ido a un dentista. (Ventajas: segun otro estudio, solo 1/3 de los españoles acudió al dentista el 2003, por lo que probablemente se trate de una población insuficientemente atendida, además de que ir al dentista es más barato en España que en el resto de Europa no del Este). En España la red pública de atención bucodental sólo está conformada por el 10% de los profesionales, situación diferente de la realidad de otros países europeos, como Suecia o Finlandia, donde la mitad de los profesionales trabajan en la red pública y existe un concierto con los odontólogos privados para la asistencia a adultos. Dudo que haya voluntad de cambio para los profesionales que representan el 90% restante en cuanto al ámbito de cobertura del seguro público, y por tanto control de la política de precios, que es lo que debería regularse para buscar esa equiparación.

Sobre la presunta plétora odontológica (en el 2004 se cuantificó una media de un odontólogo por cada dos mil españoles, cuando diez años antes el ratio era de un profesional por cada tres mil ciudadanos), sugiero que se frene no el número de profesionales, sino en todo caso las salidas profesionales de los que van a estudiar cualquier carrera "los empresarios se aprovechan de esto para imponer unas condiciones de trabajo infames que van en detrimento de la asistencia al paciente" es una afirmación que es trasponible a otras especialidades sanitarias o incluso médicas... lo que no dice es cuál es el coste en una escuela privada de la carrera, ni habla del coste de los prostgrados, formación escasamente reglada y necesaria dado el escaso volumen de prácticas que realizan los estudiantes, ni por supuesto del número de odontólogos subempleados por y para otros dentistas (con acuerdos del tipo trabaja gratis o incluso págame para que te forme, que parece de la época del Lazarillo de Tormes). Total, que el problema no es tanto el número de iniciativas privadas (hay libre competencia) como la popularización del precio de las técnicas. Si al final, todo es cuestión de dinero...

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